Para los villafranqueños de aquella época, el río era nuestro parque acuático, donde disfrutábamos de nuestros baños, ya que el agua estaba muy limpia y su lecho era de una arena muy fina, sobre todo, en el tramo denominado “La Tabla”.
En su recorrido, teníamos varios puntos que frecuentábamos y llamábamos con los nombres de “Bajondo”, “Los Labradillos”, “El Chorrero”, “La Tabla”, “La Isleta”, “El Puente”, “El Lomo”, y “La Ceña”, donde disfrutábamos de lo lindo río abajo y río arriba.
Era una gozada el olor que desprendia su arboleda, compuesta, al igual que hoy, por alamos blancos y negros, tarajes, moreras, aneas...
La juventud de hoy en día, también puede divertirse en el gran embarcadero que ha construido el Excelentísimo Ayuntamiento para navegar y disfrutar del entorno y de los puntos mas bellos
de nuestro río.
Articulo realizado por:
Juan Isidro Gomez Salmoral
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